septiembre 24, 2012

CRISTINA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

Con sólo transitar sus calles principales, aparece a la vista de todo visitante la majestuosidad de las empresas públicas, los organismos del Estado y no pocos ministerios que muestran a los incrédulos los logros del Gobierno. Eso sí, la memoria es corta y la historia se remonta a muy pocos años atrás como si antes de los tres mandatos que lleva esta administración en el poder, en la Argentina no hubieran existido por ejemplo la industria nacional, como puede verse claramente en el stand del Ministerio de Industria, donde la misma ha tenido trascendencia solo a partir de 2003. Y así continua la muestra. Tecnopolis no sólo es una feria, si aún viviera sería la envidia de Joseph Goebbels, ministro de propaganda del tercer Reich. Es también la obra maestra de la sofisticación del aparato de propaganda oficial. Como siempre los ejemplos abundan, el mundo ferroviario, de acuerdo con lo que se desprende de la estructura de la Administración Nacional de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), es un camino sin retorno hacia la modernidad y la felicidad en los rieles, por supuesto sin mencionar la tragedia de Once que dejó un saldo de 51muertos ningún funcionario entre rejas, convirtiéndose en el accidente ferroviario más grande que se conoce en la historia.

Vialidad Nacional, uno de los íconos de civilidad territorial de la Argentina, es otro de los ejemplos y también parece haber construido caminos, rutas y autopistas desde que el kirchnerismo llegó al poder. Sin embargo no solo no es así sino que aún la degradación que siguen utilizando es la que en 1976 había proyectado durante el proceso de reorganización nacional, Osvaldo Cacciatore. Enarsa es una pujante petrolera que ha logrado imponer la energía renovable no sin descuidar el crudo como baluarte de su actividad. Pero la petrolera estatal, Energía Argentina (Enarsa), empresa que nació en diciembre de 2004, tiene la titularidad de los permisos de exploración y concesiones de explotación de todos los bloques ubicados en la plataforma continental (offshore). El devenir de la petrolera no está reflejado en el stand. Con los años, la compañía que según su balance, tiene 40 empleados que cobran, en promedio, un sueldo bruto de $16.007 se convirtió en un vehículo mediante el cual el Gobierno compra combustibles al exterior para palear la crisis energética. Hasta el 31 de julio pasado, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), Enarsa consumió $8615 millones, 83% más que lo que devengó en el mismo período de 2011. ¿Qué significa semejante cifra? Aproximadamente la mitad de lo que lleva gastado el Ministerio de Educación $15.694 millones o casi tres veces más de lo que se destinó en el mismo período al Poder Judicial $ 3300 millones.

La economía de la Argentina según Tecnópolis es muy distinta a la que se da en la realidad, no se habla de empresas deficitarias ni de sectores que sólo resisten por el tamaño de la billetera oficial. En la feria los números, la historia y la realidad se cuentan solo desde el prisma oficial. YPF, cuyo logo sumó una bandera argentina, es la primera estación. Estamos desarrollando intensivamente los reservorios no convencionales y contamos con 20 nuevos equipos de perforación. Vaca Muerta es el primer desarrollo masivo no convencional fuera de Estados Unidos, se lee en una pared del stand. Pero Miguel Galuccio, CEO de la compañía confiscada a Repsol, ha reconocido que el yacimiento deberá ser desarrollado con dinero propio, ya que pese a los esfuerzos por seducir inversores, no se ha logrado convencer a los petroleros de poner dinero, y las 20 nuevas perforadoras también deberán comprarse con dinero de los contribuyentes. Luego vale la pena parar en Nucleoléctrica Argentina (NASA). La compañía, con 2167 empleados que tienen un sueldo bruto promedio de algo más de $22.000, es la encargada de operar Atucha I y terminar la construcción de Atucha II. Nada se dice en el stand sobre los aportes del Estado que recibió la empresa por $1864 millones en 2012, lo que significa 580% más que en 2011. Tampoco se hace referencia a la puesta en marcha que la presidenta Cristina Kirchner encabezó en septiembre del año pasado, en plena campaña electoral.

Atucha II nunca arrancó y solamente se hizo una prueba en las serpentinas que enfrían el reactor. La planta está sin terminar y es incierta la fecha en la que podrá empezar a producir energía, pese a las promesas oficiales de que iba a estar en marcha el año pasado. La generación hidroeléctrica también tiene su lugar, en el no hay referencia de la quiebra del sector eléctrico que se produjo por el aumento del consumo y las tarifas congeladas pero si se puede encontrar la propaganda de la construcción de las presas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, dos centrales hidroeléctricas que se emplazarán sobre el río Santa Cruz. Eso sí, la historia no cuenta que fueron rebautizadas y anunciadas tres veces, y que alguna vez se adjudicaron pero que ahora se cotizaron 35% por encima de los primeros números. El primer anuncio fue el 14 de abril de 2008 y se llamarían "Cóndor Cliff", ahora Kirchner y "La Barrancosa", ahora Cepernic. Por entonces, el costo estimado era de $16.000 millones; ahora se prevé un desembolso de $21.000 millones. Lo que sí se puede ver en cada rincón de Tecnópolis es el poder del Estado empleador. Cada lugar tiene decenas de empleados, el Estado se ha convertido en el sostenedor del nivel de empleo en la Argentina. Alrededor de 300 empleados por día ingresan a la administración pública, sea nacional, provincial o municipal, o a las empresas públicas.

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