noviembre 07, 2012

EL COMANDANTE

Fueron 7444.082 los votos que obtuvo Hugo Chávez en las últimas elecciones, el 54,84% del total. Después de catorce años en el poder, entonces ¿cuál es el hechizo que le permite mantener consigo a más de la mitad de Venezuela? ¿Es a pura petrobilletera? El verdadero secreto del éxito inoxidable de Hugo Chávez va mucho más allá de su retórica y de las ventajas que le otorga el permitirse avanzar sobre las reglas de juego, estirando los límites de la falsa democracia bolivariana más allá de lo aceptable. Es por la cooptación que un partido hegemónico, el PSUV, hace de todos los estamentos de un Estado elefante y así logra Chávez blindar su voto de modo que la oposición no lo pueda penetrar. Caucagüita, el barrio de emergencia más grande de Latinoamérica y obviamente el más tenido en cuenta por los estrategas políticos y sociólogos locales. En sus casas de ladrillo y bloques moran 1.600.000 almas. A partir de 2003 fueron instalándose allí y en otras áreas del país, las misiones, los planes sociales de Chávez, administradas por los ministerios del área correspondientes, pero controladas a nivel popular desde los consejos barriales.

Así, las misiones Robinson y Ribas de educación, la Misión Mercal de almacenes de venta de productos básicos, las Barrio Adentro con módulos de salud, buscaron subsanar esos déficits que el candidato Chávez había prometido solucionar desde su primera campaña electoral en 1998. Empezar a cumplir esa promesa le aseguraba en 2003, además, triunfar en el referendo revocatorio del año siguiente (con el 59%) y en la presidencial en 2006 (con el 62%). Esas misiones, sin embargo, no fueron la panacea. Hicieron y todavía hacen agua por todos lados, y de los 6.712 módulos de Barrio Adentro creados (845 sólo para Caracas), más de la mitad hoy tienen las puertas cerradas. Se destinaron en catorce años mas de US$300.000 millones a planes y ayuda social, anunciaba Chávez en plena campaña electoral. Esa millonada incluye, además, alimentos básicos subsidiados en el Mercal (Misión Alimentaria y su clon y seguidora, PDVAL mercados populares administrados por la magnánima PDVSA. Por otra parte dentro de lo que corresponde a la obra pública existe la llamada Gran Misión Vivienda Venezuela, GMVV, que fue lanzada en 2011, de cara a la última presidencial y solo con ese fin.

De hecho en un país cuyo déficit habitacional es de 2,2 millones de viviendas, Chávez prometió en campaña construir en dos años, 350.000 viviendas, por su puesto, a la elección llegó con menos de la mitad de lo prometido y no obstante el incumplimiento, igual insistió en que también la GMVV construiría ahora para la clase media. Margarita es una de las pocas beneficiadas que estrenó hace tres meses uno de los departamentos construidos por la Gran Misión Vivienda Venezuela, sobre la avenida Libertador, en el centro caraqueño. Tengo 64 años y Chávez nos entiende, dice esta mujer que trabaja en una Misión Simoncito (un jardín de infantes) por un sueldo de 700 bolívares lo que representa apenas la mitad del básico y que de ninguna manera en le permite llegar a fin de mes. Debe entenderse de este ejemplo que sólo se cubre una necesidad habitacional pero jamás cubrirá necesidades básicas como alimentación, educación, salud etc. Resulta lógico entender el razonamiento de esta mujer de 64 años que sin educación alguna ha recibido una vivienda tiene un trabajo, pero no puede llegar a fin de mes alimentándose medianamente bien, porque así se maneja a las masas.

Ante tantos baches y fallas de la llamada revolución, ¿por qué entonces Chávez sigue reteniendo su piso electoral? La respuesta es simple, durante años se ha valió de planes sociales, de cooptación básica para necesidades de muchísimos venezolanos que son pobres o viven por debajo del nivel de pobreza, y no tiene que ver con otra situación, los pobres sienten que alguien desde Miraflores aunque a los ponchazos se ocupa de ellos. Chávez no tiene nada más que eso un país con una división social muy marcada y lo aprovecha, maneja toda la información pública, y los medios de comunicación independientes casi no existen lo que lo hace un dictador moderno que supone vivir en democracia, y hace ver a sus seguidores que son libres en sus elecciones. Ha delegado en el PSUV y sus punteros el control de la política de las misiones y la distribución de esos recursos. Por supuesto es obvio que esos recursos provienen de solo del petróleo sin embargo, y afortunadamente para los venezolanos, el petróleo en Venezuela, no nació con Chávez, ni morirá con él.

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