Cristina por lo general en estos casos se enciende más cuando tiene un escollo tan importante delante, como el fallo adverso. Ahora va a poder decir que necesita muchos votos para enviar un mensaje a los jueces y avanzar a fondo con la reforma de la Justicia, sin embargo el tema más allá de decirlo será lograrlo. Más temprano que tarde, según entiende los argentinos van a poder votar democráticamente a todos los órganos políticos de la constitución argentina, dijo la Presidenta en Córdoba, en su primera reacción tras el fallo, en la que anticipó que seguirá “dando batalla”. Es esperable que esas palabras las escuchamos repetidamente durante la campaña electoral, en la que se descuenta que la Presidenta tendrá un rol protagónico. El problema es que Cristina todavía no quiere entender que dos son los poderes del estado en una república a excepción del judicial que están politizados, porque si fuera como ella pretende la independencia del poder judicial respecto de los otros dos no existiría. No existiría imparcialidad la toma de sus decisiones, menester que resulta fundamental para el control de que sobre los otros poderes. En otra de las estrategias planteadas, en Balcarce 50 entendieron que sería bueno se multiplicaran los foros de debate sobre la reforma de la Justicia en todo el país auspiciados por el propio Gobierno pero nada de esto ocurrió, es que a nadie le importa que la justicia se reformada a este costo aunque de allí se esperaba que surgieran ideas para nuevos proyectos de ley que podría luego impulsar el Poder Ejecutivo.
Finalmente la posibilidad de insistir con la elección popular de consejeros quedó atada ahora a una posible reforma constitucional, un sueño que acarician diversos referentes del oficialismo como lo es Estela de Carlotto, la titular de Abuelas de Plaza Mayo, quien hasta el momento no había hablado pero ahora también se sumó al reclamo por una reforma de la Carta Magna. Más tarde nuevamente el diputado Carlos Kunkel, uno voceros más explícitos del gobierno, la emprendió contra el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, del que dijo que usaba a la Corte como plataforma para sus aspiraciones presidenciales. Estos dichos hay que tomarlos literalmente como de quien vienen un pseudo vocero oficial al que no le queda mucho hilo en el carretel. Habrá que ver como realizará a partir de ahora su avance el kirchnerismo contra los jueces de la Corte, más allá de los dichos de campaña, porque nadie habla de eso pero lo cierto es que por la edad avanzada de varios de sus integrantes, en la Casa Rosada esperan que tarde o temprano se generen las vacantes. Con dos miembros menos, el tribunal alcanzaría los cinco que demanda la ley. Pero si existiera una tercera vacante, la Presidenta no tendría la amplitud de criterio que exhibió su esposo para la elección del reemplazante.
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