julio 31, 2013

EL PROFUGO

El ex secretario de Transporte Ricardo Jaime se convertiría por aquellas horas en el primer funcionario de la gestión kirchnerista que iría a prisión por una causa de corrupción. El juez Bonadio en un principio valoraba las más de 20 causas en trámite que tiene Jaime, y que 4 de ellas ya están elevadas a juicio. Sobre esa base el juez libra la orden de captura contra el ex funcionario de transporte, que se enteró por los medios y de inmediato intentó un pedido de eximición de prisión, pero Bonadio lo rechazó. El juez federal lo procesaba con prisión preventiva y pedía su captura por hechos de corrupción en la realización de obras para el ferrocarril Belgrano Cargas. Cuando le fue negada la eximición el ex funcionario se dio a la fuga e hizo saber que no se presentaría en la Justicia hasta tanto la Cámara resolviera el planteo de exención de prisión que sus abogados habían presentado ante el tribunal, porque no estaban dadas las mínimas garantías para hacerlo y esperaría la resolución de la Cámara Federal de feria. Acusado del delito de defraudación por haberle ordenado a la firma SOESA, que administraba el Belgrano Cargas, el pago extra de $2.524.065,24 para la realización del tendido de vías entre Tucumán y Concepción, un trabajo adjudicado a la firma Luis Carlos Zonis S.A.

En la misma causa, Bonadío procesó al sindicalista José Pedraza detenido por el homicidio de Mariano Ferreyra, a la mujer de Pedraza, Graciela Coria quien presidió el Belgrano Cargas en nombre del gremio de la Unión Ferroviaria, al contador Ángel Stafforini, al presidente de SOESA, Luigi Capelli, y al ex interventor en la CNRT, Pedro Ochoa Romero. El juez los procesó por los delitos de defraudación a la administración pública y abuso de autoridad ante la denuncia formulada en 2009 por el entonces fiscal de investigaciones administrativas FIA y actual diputado radical Manuel Garrido. La obra, autorizada por la Secretaria de Transporte en 2003 tuvo un costo de $7986000 y Jaime ordenó al titular de la empresa el pago restante, por esto la justicia entendió que se excedió en sus facultades, y aparte tuvo una inusitada velocidad y esfuerzo en girar los fondos. Según el juez, Jaime tuvo un interés ajeno al de la administración por haber dispuesto que se destinen más fondos de los previstos para la obra, y por no controlar el destino que tuvieron los mismos. Por otra parte, esta no fue la única obra del ferrocarril, licitada, aprobada, y jamás realizada durante los siete años que duró la concesión. El juez sabía, y sostuvo que Jaime podía entorpecer el avance de la investigación y que tenía los medios para fugarse y en efecto así lo hizo.

Luego de una semana de permanecer prófugo habiéndose perdido la captura internacional pero también habiendo mediado los llamados de funcionarios públicos y fundamentalmente el del ministro de planificación federal Julio de Vido, la misma cámara que aún se encontraba en periodo de feria le concedió la exención de prisión al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Los tristemente célebres camaristas Freiler y Ballestero que integran la sala más cercana al Gobierno tildaron la decisión de Bonadio de “injustificada”, “gratuita” y “arbitraria”, y lo hicieron en tiempo récord. Exactamente dos días después el pedido de captura internacional de la justicia cordobesa, también fue revocado. Esta vergüenza habla a las claras del poder que posee la boca de Jaime, ya que si el ex ministro emite una sola declaración muchos serán los involucrados en causas parecidas de las que no podrán escapar. Entonces el silencio de Jaime es fundamental para el gobierno más en tiempo de elecciones, seguramente pasadas las mismas cuando la justicia lo lleve a juicio oral le soltaran la y mano y lo dejaran liberado a su suerte no importa que diga. Jaime logró por ahora su objetivo estuvo prófugo seis días y no pasó un minuto detenido sin embargo la historia recién comienza, lo esperan unas veinte causas más como la de la tragedia de Once en la cual se encuentra demasiado comprometido.

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