octubre 02, 2013

EL CEPO QUE NO EXISTE

El Gobierno ha desembolsado US$2.070 millones en capital e intereses para la cancelación del bono Bonar VII, y en el mercado se abrieron las apuestas sobre cuál será el destino de esa inyección de liquidez. La respuesta no es muy difícil, porque aunque a la reina Madre no le guste con la situación económica actual el argentino de a pie, continua ahorrando en dólares como lo hizo históricamente. Por consiguiente las apuestas se volcarán hacia un resultado casi obvio, en el que prácticamente ningún billete volverá a la Bolsa local. Y la mayoría de esos dólares se fugaran  fuera del país. El desembolso por el pago del bono se hizo sentir en las reservas del Banco Central. Tras que no logran recuperarse cerraron en US$34.583 millones, y algunos venimos asegurando que las reservas caerán aun más tras este pago. Según se sabe en el mercado, y este no es un dato menor, cerca del 90% de los títulos que se pagarán están en manos de fondos de inversión extranjeros, compañías multinacionales y grandes ahorristas. El 10% son pequeños ahorristas y compañías locales. Las únicas que dejarán los billetes en las entidades son las empresas locales, que muy probablemente se vuelquen a otro bono, aunque la mayoría ya vendió en las últimas semanas  El volumen del Bonar VII recién se generó hace dos meses, porque el temor preelectoral recalentó la búsqueda de refugio de valor y esta es la única alternativa que quedó para comprar dólares en blanco para el ahorro.

Por eso, la mayor parte de ese dinero irá a parar a la caja personal de cada ahorrista. El que entro a último momento compró barato en relación al blue. Desde que el Gobierno impuso el cepo al dólar, muchos inversores se habían volcado a comprar dólares mediante la Bolsa. El mecanismo como habíamos explicado era sencillo, se compraba un bono nominado en dólares con pesos y luego se lo vendía en la plaza local en dólares. De esta manera, el inversor con pesos podía hacerse de dólares de manera legal y posteriormente vendía en el mercado informal logrando una rentabilidad ampliamente superior. Pero el apuro por lanzar los CEDIN y el intento infructuoso porque la liquidez del mercado local se volcara a este instrumento, llevaron al Gobierno a tomar una medida que luego se convertiría en un boomerang, limitó esta operatoria con presiones oficiales a sociedades de Bolsa y Bancos. Por esta razón, muchos inversores se volcaron al bono con vencimiento más cercano en dólares, el Bonar VII. El problema es que al cortarse la posibilidad de comprar y vender divisas en la plaza local con bonos, la única alternativa que tiene el ahorrista que cobre los dólares y los quiera reinvertir en otros bonos o acciones es liquidarlos en el mercado oficial a 5,73 pesos (61% menos que la cotización de las cuevas). Luego con esos pesos sí podrá comprar activos, pero obviamente con la pérdida de poder adquisitivo por la brecha cambiaria existente entre el blue y el oficial, será difícil que alguien apueste a esta opción.

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